jueves, 4 de julio de 2013

¡Qué calor, por Dior!
Mientras te escribo, ceno. Tengo entre mis piernas el wok con un saltado de patatas, judías pintas que sobraron del otro día, un poco de tofu, tomate y cebolla. Es lo mismo que almorcé hoy, no voy a cocinar dos veces por día, faltaría más.
Hoy me la pasé todo el día bajando dos series nuevas: la mini-serie de siete capítulos que te dije ayer, Top of the lake, que vi el primer capítulo y me interesó, es rara la serie, inquietante. Y los primeros capítulos de otra serie que se llama Orange is the new black: la historia de una chica bisexual que está en prisión. En cuanto termine de cenar, siendo ahora mismo las 22:10, me lavaré los dientes, alimentaré a los perros y me iré a la cama a mirar estas cosas, hoy, más que nunca, no tengo el chichi pa' ruidos.
Quedé con tu madre el lunes para ir a la platería. Acabo de encontrar unos anillos que me chiflan:


No te voy a mentir: los que tienen perlas me encantan, pero los que no tienen nada también; a ver si este señor nos puede copiar algo así; ¿qué pensás? Por cierto, deberías encontrar la manera de darme la medida de tu dedo anular, para el lunes por la mañana hora de acá; a las 17:00 voy a estar en la platería.

Extraño mucho criticar películas y series y programas de tele con vos. Extraño demasiado que me digas buenos días, y los relatos de tus sueños. Extraño bastante caminar con vos hacia la biblioteca en días sin mucho calor, y que me digas qué pájaro es ese o aquel. Extraño en cantidad elevada salir por la mañana a comprar algo que me hayas pedido para desayunar. Extraño un poco tus relatos de perros. Extraño de modo desesperado hacer el amor y abrazarte luego. Extraño muchísimo tu cara cuando probás algo que cociné y que te gusta. Te extraño a vos, toda, de manera rabiosa, dependiente, absolutamente instintiva y carnal. Faltan solo ocho días para volver a dormir con vos ¿verdad?

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