lunes, 8 de julio de 2013

Mi día fue super insustancial: me desperté a las nueve y media, me lavé la cara y me fui con el perro hasta la veterinaria de la Avenida Castillos. Vi un montón de hurones enjaulados y hablé con una señora rubia y flaca que parecía ser la dueña; le expliqué qué cosas sé hacer y le dejé mi currículum. Me gustaría trabajar allí porque está a diez minutos andando y hay que atravesar el parque, y también porque hay hurones. Supongo que le causé buena impresión, no sé. Luego volvimos, desayuné mate con galletas de maíz. Luego doblé la ropa que había puesto a secar ayer, almorcé arroz integral con los garbanzos que quedaron, y me fui a dormir la siesta. Desperté cerca de las ocho, me comí un cuenco de cereal con yogur líquido guarro, me llamó Tu Hermana, que viene mañana a cenar y a buscar el móvil. Me dijo que te pregunte a qué hora llegás, así te vamos a buscar en su coche; no sé si te apetece. Luego hice mi couscous con tomate y pepino, y lo puse en la heladera. Bajé al parque con el perro. Me tomé una lata de birra con Petri. Volví. Hoy no leí nada de Wallace, básicamente no hice nada de nada: el calor me tiene muy mal, la verdad. Ahora acabo de cenar, y creo que me voy a la cama, tengo sueño, a pesar de la siesta de tres horas. Estoy premenstrual, me duelen las tetas. Te extraño.

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